Empresas y organizaciones donde individuos, de forma consciente o inconsciente, promueven un comportamiento hacia actos de violencia, como: hostigamiento, segregación, acoso laboral y discriminación, son fuente de conflictos que provoca un CLIMA LABORAL DESAGRADABLE y genera graves efectos en la salud de los trabajadores, sean estos administrativos, de supervisión o gerenciales.
El efecto de este comportamiento no permanece en la empresa, transita hacia la calidad del servicio a los clientes y mantiene en los trabajadores una baja productividad.
El estudio del comportamiento humano tiene sus bases en las ciencias de la conducta, por lo tanto, es una aportación de la psicología, hacia la sociología, antropología, fisiología, administración, mercadotecnia, economía, pedagogía, criminología, y otras disciplinas, principalmente de las ciencias sociales y administrativas.
El concepto de comportamiento humano desde el enfoque psicológico que nos ofrece Sluchevski (1963), cita que es la actividad de un individuo determinada por sus necesidades, intereses e ideales, definidas por su vida social y desarrollada históricamente bajo la influencia de su entorno sociocultural, crea la base para las acciones y son dirigidas a fines vitales determinados.
Las acciones del comportamiento humano, se componen de movimientos, gestos y actitudes, que a su vez pueden ser voluntarias, automáticas o instintivas y se manifiestan en la conducta observable y objetiva de un individuo.
Dentro del medio laboral, persisten actos de comportamiento humano relacionados con el acoso psicológico, que provocan desgaste profesional, como: hostigamiento, segregación, acoso laboral y discriminación.
El diccionario Larousse cita como hostigamiento, forzar a alguien para que realice una actividad. Por lo regular son actos que están fuera de las funciones de un trabajador; perseguir físicamente a un compañero o compañera en el interior o exterior del área laboral, con la única intención del hartazgo. Molestar mediante correos electrónicos o en redes sociales con palabras o imágenes ofensivas, degradantes. Inquietar, apurar o presionar al trabajador para entorpecer su actuación y cometa errores que terminan en llamadas de atención y ocasionen problemas emocionales, como angustia, miedo, irritación, nerviosismo o estrés, que se manifiestan en problemas gastrointestinales o alteración de la presión sanguínea, entre otros.
El termino segregación, es un aspecto más de violencia laboral de acoso psicológico, se trata de separar, de apartar, de ignorar a un compañero, compañera o grupo de personas del resto de la organización. La finalidad es mantenerlos aislados de los beneficios que la mayor parte del personal tiene acceso a ellos. Ejemplos: no reconocimiento de horas extras, no invitación a procesos de capacitación, no aceptar su documentos, proyectos o aportaciones con fines de no acceder a una mejor categoría salarial o puesto de trabajo; no acceder a uniforme nuevo o mejoramiento de herramientas o área de trabajo; y, poner objeciones para otorgar permisos establecidos en la normatividad.
El concepto acoso laboral, es mucho más profundo que el hostigamiento, la Organización Internacional del trabajo (OIT, 2020) lo refiere a una forma de acoso psicológico que consiste en el hostigamiento de diversas acciones crueles y maliciosas para humillar o desestabilizar emocionalmente a un individuo o grupos de empleados. Larousse (2000), se refiere a perseguir sin tregua; fatigar al individuo o grupo con molestias y trabajos persistentes, desgastantes para la salud del trabajador.
Otro aspecto de acoso psicológico en la organización, es la discriminación, se refiere a separar y dar trato de inferioridad a una persona o grupo por motivos de presentar capacidades diferentes (ejemplo minusválido, lento aprendizaje, sordera), o por cuestiones culturales (indígenas, extranjeros), raciales (color de piel, facciones), religiosos, políticos o económicos (clases sociales).
La violencia laboral en una organización, repercute en daño a la imagen de la empresa con los clientes o sociedad; permanece baja productividad y rotaciones permanentes; se percibe un clima de incertidumbre; aparecen enfermedades en los trabajadores no importando el nivel jerárquico o salarial; se dan ausencias; los costos por daños a materiales y herramientas se incrementan; algunos trabajadores transformar asuntos laborales en problemas personales o familiares; existe una lentitud en el cumplimiento de metas y objetivos; y, en aspectos emocionales se manifiesta desinterés, apatía, cansancio, somnolencia, angustia, miedo, irritación o nerviosismo.
La solución radica en trabajar el aspecto de cultura, que debe ser tratado en todos los niveles de la organización, mediante reuniones de trabajo, capacitación y revisiones de normatividad interna, para aplicar las medidas pertinentes avaladas por la ley y una nueva “cultura de la paz”, que tanta falta hace en nuestra sociedad.
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